CAPÍTULO III
CAPÍTULO III
De lo que aconteció a los marchantes en la ruta Pedrera-Marinaleda.
Ha sido una auténtica paliza. El suelo frío contrasta radicalmente con
el calor humano recibido. El estómago está ya vacío, pero en Pedrera,
gracias a los vecinos, ni el desayuno será frugal. Hoy no ha hecho falta
despertador, los músculos en tensión por los 31 kilómetros de ayer han
dicho claramente “aquí estoy, necesitamos azúcar urgente si no quieres
que los pinchazos de las agujetas sean insoportables”.
Hoy
nuestro poeta se encuentra perezoso y taciturno, algo cansado, cuando se
incorpora y recoge el petate ve que todos sus compañeros ya están en
pie de guerra y les dedica las primeras palabras del día. “Compañeros
hoy no me siento poeta, me siento prosaico, hoy me siento con aquel
manchego y estrafalario fantasma del desierto, hoy todos somos sanchos y
quijotes”. Así pues, los componentes del grupo se miran unos a otros,
con caras de estrépito asombro. En sus rostros se distingue la
expectación por oír la frase con la que van a comenzar el día de marcha.
La espera es corta y lanza una cita del Quijote adaptada a todos los
docentes andantes:
“Profesores somos, y nuestra profesión la de
andante caballería de la docencia. Son mis leyes, el deshacer
entuertos, prodigar el bien, evitar el mal y ENSEÑAR. Huyo de la vida
regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria
la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?”
Lo abrazan, hacen piña entre todos y se disponen a comenzar la marcha
un día más, dejando atrás los gratos recuerdos de un pueblo que siempre
estará en nuestra memoria. Un día menos para terminar, hay ganas de
llegar a Híspalis, pero nadie quiere que esto termine. Al cruzar el
umbral del polideportivo el cielo está totalmente encapotado y las
goteras de agua rebotan por todos lados. “Maldición mis amigos sanchos,
esto debe ser obra de los encantamientos del Sabio Frestón, que desde la
cueva de Alí Babá (Torretriana), conspira con Mar Moreno y Miramamolín
de Cano para manejar el tiempo y fastidiar nuestra marcha”.
¿Qué hacemos? ¿Nos aventuramos? ¿Pedimos ayuda? En este día la razón de
la sinrazón se impone y gracias a que las postas han sido sustituidas
por los móviles, en cuestión de minutos está todo solucionado. Desde
Gilena aparecen unos compañeros del SAT, como si se tratara de Amadis de
Gaula, montado en su corcel para rescatarnos. Llegan con una furgoneta,
que junto con los coches escoba nos llevan hasta MARINALEDA.
Hay tristeza en el grupo, la de hoy era una etapa ilusionante,
¡llegábamos a Marinaleda!, pero no ha podido ser. En el pueblo no
importa el fiasco de la etapa, lo importante es que no nos hemos mojado.
La recepción es igualmente cálida y agradable, y desde el Ayuntamiento
nos miman y cuidan como porcelana fina. Para que nuestra lucha y nuestra
marcha no pase desapercibida nos llevan a una de las cooperativas y
allí mantenemos una conversación con los trabajadores, quienes
asombrados por los desmanes de la política educativa de la CEJA, no
paran de hacer preguntas, interesarse por nuestra causa y dar todo su
apoyo. Dejamos los petates en lo que se va a convertir en nuestro
improvisado dormitorio por tercer día para buscar algo que echar en el
estómago, pero el pueblo de Marinaleda nos lo impide. Para qué salir
fuera, con lo que llueve y lo que van a prepararnos. Un pan
excepcionalmente bueno, chacinas y una paella que quítense todas las
paellas valencias del medio, ¡nosotros preferimos ésta!
La
solidaridad de los hombres existe, lo de Pedrera no era la excepción que
confirma la regla. El apoyo, la solidaridad y la ayudad no son términos
periclitados y petrificados, que por alguna reminiscencia lingüística
se han mantenido en el diccionario. Son reales y palpables, las tenemos
ante nosotros.
Satisfechos por la comida llega un poco de tiempo
para el ocio, pues nuestras descansadas piernas nos lo permiten y
podemos echar un futbolín en lugar de recostarnos. Así pasamos el
tiempo, hablando, discutiendo y disfrutando hasta que llega la hora de
la charla. Es un momento muy esperado. Cada día es una lotería. No
sabemos cuánta gente vendrá, ¿será un éxito? ¿será un fracaso? Pues sí,
compañeros todo un éxito. Hay casi trescientas personas en la sala. El
diputado Sánchez Gordillo, adalid de la lucha obrera, el Che andaluz,
está allí con su palestino al cuello. Él ha sustituido el yugo del Niño
yuntero de Miguel Hernández, por su pañuelo, como azote de todos los
desgobiernos de los gobiernos que nos gobiernan. Conoce nuestra causa y
lo ha dejado todo para estar con nosotros en la tarde de ayer.
La emoción embarga las caras y los ojos de algunos compañeros,
deslizándose incluso algunas gotas cristalinas de incredulidad por las
mejillas de nuestros caminantes. Hablan Juan, Iván, Luis, Juani y los
vecinos nos aplauden, nos abrazan. No salimos de nuestro asombro. ¿De
verdad esto está ocurriendo? “Juan pellízcame, porque esto no es real,
no me lo creo” Parece que un vórtice espacio-temporal nos atrapara en
los caminos de tierra de ayer y nos haya trasladado a otra época, a un
tiempo en el que los obreros y campesinos luchaban con fiereza por sus
derechos. Pero es real, miro a los compañeros y veo que sus vestiduras
son actuales, no llevan polainas, ni coletos de antes para defenderse de
las empelladas y estocadas que la Consejería de Educación nos da. La
charla-asamblea termina. No hay palabras para describirlo, os dejo los
puntos suspensivos para que vosotros en vuestra mente elijáis el
adjetivo que queráis…
La asamblea ha terminado y nuevamente el
pueblo de Marinaleda se vuelca con nosotros, quieren que sigamos en la
lucha y con nuestra marcha por el futuro de la educación en Andalucía,
por el futuro de la educación de sus hijos, por el futuro de todos y por
nuestro trabajo. Por esto nos traen la más rica comida que hemos
probado. No por su sabor, todo estaba muy bueno, sino por todos los
ingredientes en favor de los interinos con los que estaba hecha. Hay
caldo caliente, más chacinas, tortilla…
Otra jornada más, el
día ha terminado, nos vamos a la cama, satisfechos, descansados y
comidos, aguardando un nuevo día de marcha y en la mente, con la frase
de Don Quijote con la que nuestro prosaico compañero ha finiquitado el
día:
"Amigo Sancho, las grandes hazañas, para los grandes hombres
están guardadas" y ESTA MARCHA HARÁ HISTORIA EN LA EDUCACIÓN ANDALUZA
PORQUE VAMOS A CONSEGUIR LA REINCORPORACIÓN DE LOS 4502 DOCENTES
INTERINOS.
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